Mientras preparo el café veo los minúsculos granitos como arena que rellenan la cafetera y lo comparo con esas cosas que sorprenden como un buen café.
Este fin de semana hemos vivido en Santa Cruz de La Palma el II FAVE (Festival de Artes Visuales y Escénicas). Y como el buen café tiene muchísimo trabajo detrás.
Ya el año pasado fue un reto, parir de la nada una propuesta llena de arte y de cultura que engranen en una Santa Cruz de La Palma crítica a todo lo nuevo y diferente. Nos puede parecer imposible un títere junto a la estatua del Padre Díaz, a pesar de que sus manos hicieron mascarones que también participan.
Luces y sombras, sonidos y carcajadas para el alma.
Este año con gran acierto tocaba no olvidar el FAVE y tirar del carro. Apostar por lo que funciona, apostar por actos para todos. Llenando las plazas y los rincones.
No hay colores ni personas, solo hay ganas y cultura.
Y como el café hay personas que no se ven pero que han cultivado, han abonado y han luchado contra tormentas para tener una buena cosecha.
Al títere no lo mueve una persona, lo mueve el servicio de limpieza, la seguridad, las proformas, los imprevistos de última hora, los dolores de cabeza y por supuesto las ganas y el amor.
El FAVE se consolida y es capaz de iluminar una noche de domingo el cielo de colores, capaz de recrear y de impregnar cultura.
Hoy mi café por todos los que estuvieron, los que han estado y mi deseo por los que estarán. Que brote la semilla, haya grano puro molido y con el calor y la luz de una pequeña Ciudad iluminada por las estrellas nos den otro sorbo y un chute de cultura visual y escénica.