Dicen que a quien Dios no le da hijos, el diablo le da sobrinos...y en
esta tesitura nos encontramos. No sólo nos da sobrinos, también tenemos
la suerte de que nos dé ahijados.
Ayer tuve la suerte de conocer al ahijado de mi marido, que ya tiene 3 meses , pero como vive en Tenerife no había tenido la oportunidad.
Y para ello quedamos para un café. Es un café que lo elige el que no lo va a beber, hay que buscar un sitio dónde no coja frio, calentito y tranquilo.
Y el café ni lo miramos, sólo estamos pendientes de Manuel, de sus risas, de sus ojos preciosos descubriendo el mundo. Y la conversación va de sus días, de sus vacunas, de todo su mundo, tan pequeño y a la vez tan grande. Esos padres primerizos pero que ya son todos unos expertos, la naturaleza que nos hace madurar, crecer y aprender a marcha forzada. La mejor Universidad de la vida.
Y nosotros nos bebemos el café y Manuel quiere comer algo, un "bibe" o la teta de mami.
¡Qué bonito es ver la vida a partir de su mirada!
El café lo tomo sin darme cuenta, sin apenas mirar el tiempo, ni mirar a mi alrededor, pero con la alegría de ver ese pedacito de cielo.
Un café de presentación, de sacar parecidos, de ver lo que ha crecido y de programar el futuro.
Me encantó éste café. Café de calostro, de olor a nuevo y mirada encantadora, de sonrisa sin dientes. Y como no, a Pablo que se le cae la baba con su ahijado.
Hoy lunes, como día nuevo de semana, con lluvia y fresco. Ideal para empezar con un café.
Ayer tuve la suerte de conocer al ahijado de mi marido, que ya tiene 3 meses , pero como vive en Tenerife no había tenido la oportunidad.
Y para ello quedamos para un café. Es un café que lo elige el que no lo va a beber, hay que buscar un sitio dónde no coja frio, calentito y tranquilo.
Y el café ni lo miramos, sólo estamos pendientes de Manuel, de sus risas, de sus ojos preciosos descubriendo el mundo. Y la conversación va de sus días, de sus vacunas, de todo su mundo, tan pequeño y a la vez tan grande. Esos padres primerizos pero que ya son todos unos expertos, la naturaleza que nos hace madurar, crecer y aprender a marcha forzada. La mejor Universidad de la vida.
Y nosotros nos bebemos el café y Manuel quiere comer algo, un "bibe" o la teta de mami.
¡Qué bonito es ver la vida a partir de su mirada!
El café lo tomo sin darme cuenta, sin apenas mirar el tiempo, ni mirar a mi alrededor, pero con la alegría de ver ese pedacito de cielo.
Un café de presentación, de sacar parecidos, de ver lo que ha crecido y de programar el futuro.
Me encantó éste café. Café de calostro, de olor a nuevo y mirada encantadora, de sonrisa sin dientes. Y como no, a Pablo que se le cae la baba con su ahijado.
Hoy lunes, como día nuevo de semana, con lluvia y fresco. Ideal para empezar con un café.
0 comentarios