No puedo ignorar todo lo que está pasando políticamente con Cataluña
y con la cantidad de tertulias y noticias que nos bombardean día a día.
Llegas a cualquier bar y, si hay televisión, puede que nos acompañe
esto con nuestro café, y lo tomamos pendiente de todo.
Y es que
así se vive la historia, el día de mañana contaremos cuando Cataluña
intentó hacerse independiente y cómo muchos esperábamos a ver que pasaba
y que decidían. Y cuántos cafés nos
tomamos viendo las noticias, esperando las palabras del Rey. Y
contaremos a nuestras siguientes generaciones cómo siempre salía a dar
el discurso de Navidad y en el 2017 salió unos meses antes en la tele
para dar un mensaje.
Y es
que así he aprendido yo muchas veces. Con los cuentos que nos hacen
nuestros mayores. Así me contó mi abuela la llegada del Canaleja a La
Palma, como los metieron a todos para dentro de su casa a esperar. Con
miedo y expectativa. Y me imagino a la gente en vela, preparando cafés
para soportar los días.
Y así cuenta mi hermana el 23F, cuando estaba en gimnasia rítmica y le regalaron una pelota y la mandaron a su casa, sin saber que pasaba. Como todo el mundo estaba pendiente de la radio y la tele. ¿Cuántos cafés se tomarían esperando noticias?
Y es que el café nos puede marcar la historia y son muchos los que se toman en despachos decidiendo el futuro del resto. Y otros cafés los que nos tomamos los de a pie esperando y confiando o desconfiando, depende, de los que tienen que tomar decisiones.
El café, popularizado en Europa desde el siglo XVIII ha venido escribiendo historia y nosotros con un buen café podemos enseñarla. Hoy café con sabor a historia, a momentos de incertidumbre, a decisiones….a vivencias que escriben nuestro día a día.
Y así cuenta mi hermana el 23F, cuando estaba en gimnasia rítmica y le regalaron una pelota y la mandaron a su casa, sin saber que pasaba. Como todo el mundo estaba pendiente de la radio y la tele. ¿Cuántos cafés se tomarían esperando noticias?
Y es que el café nos puede marcar la historia y son muchos los que se toman en despachos decidiendo el futuro del resto. Y otros cafés los que nos tomamos los de a pie esperando y confiando o desconfiando, depende, de los que tienen que tomar decisiones.
El café, popularizado en Europa desde el siglo XVIII ha venido escribiendo historia y nosotros con un buen café podemos enseñarla. Hoy café con sabor a historia, a momentos de incertidumbre, a decisiones….a vivencias que escriben nuestro día a día.
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