Luego......la gente de Garafía que ve convertir el campo en ceniza, que desde sitios lejanos esperan una llamada, una noticia. La radio como banda de sonora de un terror que no acaba. La mirada puesta en el cielo, el oído puesto en el viento y sus cambios y los laureles de la Plaza que no dan sombra.
Pero todo pasa ..... y esa gente llegada de muchos puntos se han ganado una estrella en el cielo limpio de Garafía. En su alma se grabará el aire y el tueste de una almendra convertida en dulce, el brillo de la resina de un pino que rebrotará y la fuerza del mar que embiste su costa. Entre las cenizas nacerá el "coranzocillo" junto a los pinos y cada flor será el homenaje devuelto de una tierra hacia los que ayudaron en estos malos momentos.
Y yo, desde el Este, con el sonido de los helicópteros y los aviones que regresan cuando sale la Luna, con el pensamiento y la preocupación de los que se enfrentan al fuego directo o a una casa y un terreno con raíces.... me bebo el café agradeciendo. A todos, a los que amamos ese terruño capaz de sonrojar las mejillas, a los desvelados y a los que han decidido luchar durante un fin de semana de un año complicado por y para nuestra Isla. GRACIAS
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