Hoy comenzaron las misas de luz, esas nueve misas antes de Nochebuena preparatorias para la llegada de la verdadera Luz de la Navidad.
Este año son diferentes, hay normas que cumplir y cambian o parece que apagan una tradición nuestra. No hay rondalla en vivo y a simple vista nos puede entristecer.
Hoy no acudí a misa como cuando en época de niña acudía entre mucha gente que se agolpaba en la capilla del Señor de la Piedra Fría. En época de instituto quedaba con Lourdes porque las misas eran temprano, incluso en días lectivos. Ya de adulto había ocasiones que no pasaba de la puerta y desde la oscuridad de la plaza escuchaba la Rondalla.
Pero hoy el templo no estaba lleno, los fieles esperaban la celebración de la misa, no el canto. Y de repente......suenan desde un dispositivo, se cuelan en los altavoces y las voces resuenan. Mil recuerdos vienen a mi cabeza: Pedrito grabando en un radiocasette los festivales y las misas. Mira por donde ahora hacen falta grabaciones. Cabezadas sobre una guitarra tras una noche de recorrido. Olor a anís y pandereta que rompe un silencio al caerse del banco....
Al tiempo....las lágrimas afloran en mis ojos al recordar aquellos que se han ido y que no están. Sin embargo.....parece que los oigo en las grabaciones y pienso..."¿quién diría que volverían a cantar en una misa de luz?'. Y mi corazón se sobrecoge convirtiéndose en pesebre esperando acoger al Niño.
Y en este año 2020, en este año de sentimientos encontrados, en el año de vivir de recuerdos....escuché ángeles que brillan como la Estrella de Belén y que forman Lo Divino de la historia.
Al salir, como siempre, el café por aquellos que desde lejos nos hacen sentir la Navidad, el nacimiento del Amor en el interior.
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