Cuando empecé a escribir cafés no era del todo consciente la cantidad de momentos y lugares que quedarían relacionados. Saboreé y pedí café en todos los pueblos de mi Isla.
El 19 de septiembre del 2021 nuestra isla, en forma de corazón, sufría un infarto. Un trocito se rompe, se desangra y deja muerta parte de la misma. Pero aún convaleciente tenemos que luchar y hacerla más fuerte.
Dicen que todos somos La Palma, pero aquí todos los pueblos somos esa lava, todos sufrimos por lo perdido y todos lucharemos por recuperarnos.
Los siguientes cafés, serán solos, oscuros y calientes como el volcán pero en cualquier otro lugar maravilloso de La Palma, para demostrar que #somosmasquevolcan.
El de hoy no puede ser otro sino en el frescor y bajo las jacarandas de la plaza de Las Nieves, junto al Santuario en Santa Cruz de La Palma.
El ruido del agua de la fuente juega con el tintineo de la cuchara mientras lo endulzo. El trabajo laborioso del empedrado me hiptoniza por momentos y la calma pasa en forma de gato tranquilo que accede al Santuario.
Tras el café una visita a la Virgen de Las Nieves. La patrona, la madre, la que escucha las plegarias y las alegrías, la que recibe a muchos recién nacidos palmeros tras su venida al Mundo y muchos tras una enfermedad. La Virgen que cada 5 años deja su casa pasa celebrar la famosa Bajada de la Virgen, que no es una simple fiesta, es el espirítu de superación que reina desde 1680 tras los malos episodios.
El Santuario es la caja de las joyas, de las imágenes flamencas, de las donaciones en forma de oro, esmeralda y rubíes que La adornan. Es el olor a tea, con techo fuerte, resistente y lámpara de cristal de lágrimas de alegría y tristeza que son capaces de iluminar el templo. Es la fuerza de San Miguel y el deseo del Buen Viaje.
Sales a la plaza de nuevo a la paz, al tintineo del agua y al toque alegre de la campana que hace graznir a una graja.
Hoy empezamos cafés alejados del volcán, en nuestra maravillosa Isla de La Palma.
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